Querido profesor

Por: A. Novinsky


El primer día del año escolar todos los maestros de una escuela privada recibieron la siguiente nota:




Querido profesor,
Soy una sobreviviente de un Campo de Concentración. Mis ojos vieron lo que ningún ser humano debería testimoniar: Cámaras de gas construidas por ingenieros ilustres, niños envenenados por médicos altamente especializados. Recién nacidos asesinados por enfermeras diplomadas, mujeres y bebés quemados por personas formadas en Escuelas, Liceos y Universidades. Por eso, querido profesor, tengo serias dudas acerca de la educación, y le ruego: Ayude a sus estudiantes a volverse humanos. Su esfuerzo, profesor, nunca debe producir monstruos eruditos y cultos, psicópatas y Eichmans educados. Leer y escribir son importantes solamente si están al servicio de hacer a nuestros jóvenes seres más humanos.

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