Carl Honoré: “La niñez se ha convertido en una carrera hacia la perfección”

Fuente: Tiching
Fecha de publicación: 16-01-2014
Carl-Honore | Tiching
Así era...
Carl Honoré
Periodista, orador y embajador del Slow Movement
Le encantaba el risotto y no le gustaba nada el brócoli “sobrecocido”. Gran enamorado de los deportes, en especial del hockey sobre hielo. Le hubiera gustado tener más flexibilidad de agenda durante la escolarización, ya que recuerda que a menudo en el último minuto de una asignatura surgía un debate interesante que se veía interrumpido por la rigidez del horario escolar. Actualmente es un prestigioso escritor y orador que predica el menos es más y critica el actual culto a la velocidad. Su última gran obra se titula La Lentitud como Método.


¿En qué consiste el International Slow Movement?
Yo lo definiría como una revolución cultural ya que vivimos en un mundo en que todos los aspectos han sido contagiados por el virus de la prisa. Se trata de privilegiar la calidad frente a la cantidad, de ir a la velocidad adecuada en cada momento.

¿En qué se traduce esta obsesión por la velocidad a nivel educativo?
La consecuencia de este cambio cultural a nivel educativo consiste en que la niñez se ha convertido en una carrera hacia la perfección. Todos los que estamos relacionados con los niños, tenemos mucha presión para crear un niño alfa. Personalmente creo que la paternidad se ha convertido en un cruce entre un deporte competitivo y la creación de un nuevo producto.

¿Y a nivel académico?
Muchas escuelas han pasado a ser casi una línea de montaje donde los niños están sometidos a cada vez más presión académica. Los exámenes han pasado a ser más importantes que el aprendizaje en sí mismo.

¿Cree que son los profesores quienes imponen esta presión?
A mi juicio los profesores suelen ser víctimas de un sistema que les empuja hacia un enfoque que no comparten. La presión viene de todos los ámbitos, una buena parte de ella proviene directamente de los padres, pero también de la sociedad en general.

Usted defiende que estamos sobrecargando de tareas a los estudiantes, ¿qué deberes se les deberían encomendar para hacer en casa?
Muchos estudios demuestran que los deberes no tienen mucho valor hasta los once años. Por lo que deberían hacerse proyectos capaces de provocar búsquedas, descubrimientos en casa junto a los padres, como cocinar para aprender matemáticas. Antes de los once años, se les debe dar el tiempo necesario para jugar, para ser niños, para explorar el mundo a su propio ritmo e incluso para aburrirse.

¿Aburrirse?… pero si es la peor pesadilla para los niños
Tenemos mucho miedo al aburrimiento, es el pecado magistral del siglo XXI. Pero debemos entender que puede ser un fenómeno muy útil, un trampolín hacia el descubrimiento.

¿Qué papel deben jugar los padres en los deberes de sus hijos?
Tienen que involucrarse de una forma muy ligera, guiar pero no empujar. Hay momentos obviamente que se debe imponer un poco de disciplina, pero en general, creo que muchos padres caen en la trampa de hacer los deberes de sus hijos en vez de asesorar y guiar.


¿Qué opina acerca de las actividades extraescolares?
A mi me parecen fantásticas porque es un elemento integral de la niñez. Pero nuevamente caemos en la trampa de hacer demasiadas actividades y esto significa tener que ir más rápido y hacer las cosas de manera superficial. Les debemos dar la oportunidad de experimentarlo todo, pero dejándoles la posibilidad de elegir y facilitándoles el tiempo necesario para descansar y procesar lo que han vivido.


En el TED dijo que los estudiantes de las Universidades tienen mejores CV y notas pero menos calidad. ¿Qué se está haciendo mal desde las escuelas?
En las escuelas y en el hogar estamos tratando a los niños como si fueran productos y no personas. Estamos tan enfocados a lo medible que no damos importancia a aspectos tan sencillos como puede ser la relación con los demás. Estamos enseñando a ir en línea recta, a tomar atajos, ya que estamos en un sistema que premia a los que llegan más rápido.

Inútil para el mundo real…
Es interesante observar que en muchos países los estudiantes están dejando su primer año de carrera en tiempo récord, porque han pasado volando por su niñez. No han tenido tiempo para meditar, para ubicar su propio camino y para conocerse. Al llegar a la Universidad encuentran su espacio y muchos se despiertan y se dan cuenta que no quieren hacer lo que están haciendo.

¿Cómo lo podemos mejorar a nivel educativo?
Yo creo que tiene que haber mucha más flexibilidad, debemos abrir espacios a un abanico de sistemas educativos y dar más libertad al colegio y a los profesores. Actualmente, tenemos sistemas muy uniformizados, pero cada niño, aula o escuela tiene necesidades diferentes, por lo que un sistema único impuesto por el ministerio de educación no es recomendable.

¿Qué país tiene un modelo educativo ejemplar y en qué se diferencia de los demás?
El finlandés, por ejemplo. Los colegios y profesores tienen mucha libertad. Se les forma muy bien y tienen mucho prestigio social. En muchos sistemas educativos hay una falta de confianza que provoca que los profesores gasten mucho tiempo justificando lo que hacen.

¿Qué debemos hacer en este sentido?
Tenemos que invertir en los profesores, tener más variedad en la oferta educativa y poner menos énfasis en la medición, dejando espacio a aspectos más importantes y menos medibles. También es importante enseñar a fracasar y a aprender de los errores.

¿Qué importancia cree que tienen las nuevas tecnologías como Tiching en el proceso de aprendizaje?
Creo que por un lado pueden ser negativas si los niños están constantemente conectados, ya que nunca van a poder aprender el arte de pensar. Todos tenemos que buscar un nuevo equilibrio para aprovechar estos productos sin exceso. Lo positivo es que les dan acceso a una gran cantidad de información y esto puede ser fantástico para el aprendizaje si se maneja inteligentemente. Es importante evitar sacrificarlo todo en favor de la tecnología.

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