Respetar el planeta para la transformación social

Por: Nelson Araujo
Fuente: Reevo
Fecha de publicación: 11-08-2014

EN SU PRIMERA VISITA EN EL MARCO DEL PROYECTO ESCUELAS SUSTENTABLES POR EL MUNDO, NELSON ARAUJO VISITÓ LA ESCUELA ATELIER MATHIAS EN LA CIUDAD DE ARMAÇÃO DE BÚZIOS. ALLÍ DESCUBRIÓ UN PROYECTO ALTERNATIVO BASADO EN EL RESPETO POR EL PRÓJIMO Y POR EL PLANETA COMO PRIORIDAD EN SU ENSEÑANZA.


El día 16 de junio de 2014 se realizó la primera visita del “Proyecto Escuelas Sustentables por el Mundo”. La escuela escogida para iniciar la investigación fue una gran inspiración para mi búsqueda de modelos alternativos y sustentables de educación.

Desde que la conocí, en 2009, una inquietud comenzó a surgir dentro de mí, pues tuve la posibilidad de observar de cerca una escuela que no se dedica a programar personas como robots para reproducir el sistema y sí en mostrar que existen diversas posibilidades de volar e interactuar con todo lo que está a nuestro alcance, principalmente cuando el respeto por el prójimo y por el planeta están puestos como prioridad.



Localizada en la famosa ciudad de Armação de Búzios, en la Región de los Lagos del Estado de Rio de Janeiro, la Escuela Atelier Mathias queda en una quinta campestre de 8.000 m2, en el barrio de Praia Rasa.

Con cerca de 40 alumnos, la Escuela posee grupos pequeños con un máximo de 10 niños desde educación preescolar hasta enseñanza primaria. La estructura física es simple, una pequeña casa con cuatro salones de clase rodeada por un gran patio con diversas especies de la Selva Atlántica. En ese paisaje bucólico los niños poseen un gran laboratorio al aire libre para construir sus aprendizajes, siempre en contacto con lo natural.

Concebida por el artista plástico Mathias y por la psicopedagoga Marcheni, la escuela fue inaugurada en febrero de 2001, después de casi diez años de investigación en diversas áreas del conocimiento. La principal inspiración fue el hijo de la pareja que sufría con las pocas opciones y baja calidad de enseñanza en la región. Así, ellos crearon un programa educativo sensible a las reales necesidades de los estudiantes, con el fin de estimular en el alumno el desarrollo de sus potencialidades.



Según Marcheni, la propuesta pedagógica de la escuela es el Abordaje por Principios, en el cual el estudiante busca el origen de todos los contenidos a través de la investigación, del raciocinio, de la relación con los compañeros y con el espacio. De esa forma, los alumnos componen sus visiones de las temáticas estudiadas en las disciplinas.

Para alcanzar los objetivos pedagógicos, el Arte, la Educación Ambiental y la Educación Cristiana (contextualizada e interconfesional), son trabajadas a través de la transdisciplinariedad y de forma continua. En ese contexto, los alumnos son estimulados a realizar actividades de forma colaborativa, a desarrollar la creatividad, la percepción, el cuidado y el respeto por todos los seres vivos, a repensar el consumo, y a alimentarse de forma más saludable, valorando la individualidad sin necesidad de amoldarse a patrones como sucede en la mayoría de las escuelas.

El público de la Escuela está formado por hijos de pequeños empresarios y profesionales liberales. Según Marcheni, algunos estudiantes que vienen de escuelas tradicionales necesitan un periodo para adaptarse a la escuela, pero con el tiempo se van soltando, acostumbrando al contacto con la naturaleza y descubriendo nuevas potencialidades. Un ejemplo es el alumno Pedro, que en los primeros días en la Escuela Atelier Mathias, evitaba andar descalzo por el patio y recostarse en cualquier cosa viva, pero algunos meses después descubrió un gran interés en estudiar lagartos y mariposas.



Con el lema: “Enseña al niño el camino que debe andar, y cuando sea viejo jamás se desviará de él” (Pr.22.6), la Escuela cree que los alumnos son multiplicadores de su filosofía y que a través de buenos ejemplos ellos pueden comenzar a transformar la sociedad. Debido a ese pensamiento, aun existiendo demanda, la Escuela Atelier Mathias, se enfoca en trabajar solamente con grupos pequeños. Así los estudiantes reciben cuidados y atención individualizados y de acuerdo con sus necesidades, lo que proporciona el desarrollo de las habilidades de cada uno, las cuales muchas veces están escondidas y no son percibidas en un ambiente escolar tradicional.

Puntos que más llamaron mi atención en la visita:
- El silencio y la limpieza.
- Alumnos con edades diferentes participando de la misma actividad.
- Niños jugando en el patio sin el uso de nuevas tecnologías.
- Tecnología siendo utilizada de forma consciente en el desarrollo del aprendizaje.
- No tiene pruebas. (Evaluaciones).
- El comentario de Marcheni sobre la dificultad de contratar profesores que se adecúen a ese modelo de educación.

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