Enseñar a pensar: filosofía en las aulas

Fuente: Tiching 
Fecha de publicación: 04-02-2014

¿La asignatura de filosofía debe limitarse a enseñar las diferentes corrientes de pensamiento que han tenido lugar a lo largo de la Historia? ¿O debe más bien centrarse en la formación del pensamiento lógico y la reflexión crítica de los estudiantes? Quizá debemos replantearnos el papel de esta asignatura en el currículo escolar para darle, por fin, el valor que se merece.
Filosofia | Tiching
Los niños, de manera natural, se pasan los primeros años de vida preguntándose por el porqué de las cosas. Es algo innato el querer conocer cómo funciona el mundo que les rodea, la curiosidad por saber hasta el último detalle. Si lo pensamos bien, esta postura no está tan lejos de la de los filósofos, tanto antiguos como contemporáneos, que basan sus reflexiones en la búsqueda de respuestas a determinadas preguntas. Sólo hay que saber aprovecharla.
La filosofía en las aulas puede convertirse en algo más que estudiar una larga lista de pensadores y sus diferentes teorías. Puede ser el espacio en el que los niños formen debates y se planteen dudas y conflictos que deban resolver tras una reflexión individual y, posteriormente, conjunta. O, mejor aún, llegar a ser una materia transversal que se utilice en las diferentes asignaturas.
Las virtudes de este tipo de actividades son innegables: permiten desarrollar la capacidad de criticar, de dialogar, de llegar a consensos. Cuestionar siempre lo que se da por hecho favorece el pensamiento crítico y es el camino para llegar a otras formas de ver el mundo. Es una forma diferente de fomentar la creatividad, que el niño utiliza para idear nuevas maneras de entender la realidad y de encontrar soluciones a los conflictos morales y éticos.
La filosofía no sólo se aprende, se practica
Para conseguir desarrollar todas estas ventajas recién enumeradas, deberemos dejar de lado en ocasiones la filosofía académica y centrarnos en el propio procedimiento del filosofar. La clave está en cambiar la metodología, haciendo hincapié en los procesos en sí mismos para que los estudiantes aprendan qué es la filosofía mediante la práctica.
Las diferentes formas de filosofar con los más pequeños deben variar según su edad y sus intereses, por lo que es conveniente adaptarlo al grupo con el que se trabaje. A continuación, te damos unas cuantas ideas, por si no sabes bien por dónde empezar esta aventura:
  • Una buena forma de comenzar, sobre todo con los niños de menor edad, es  mediante obras de arte. Se trata de, a partir de determinados cuadros e imágenes, reflexionar sobre lo que vemos y sobre lo que eso nos transmite.Un efectivo método para que los niños y niñas desarrollen su imaginación y aprendan a describir sus ideas y pensamientos.
  • Otra interesante técnica, es proponer un listado de conceptos abstractos o conflictos éticos (la familia, la justicia, el dinero…) como inspiración para una pequeña redacción individual
  • Si además se pretende fomentar el debate y la participación en grupo, en lugar de redacciones individuales puede ser muy productivo plantear la elaboración de murales conjuntos sobre esos temas. La complejidad de los diferentes asuntos requerirá una reflexión grupal previa y la llegada a un consenso para elaborar un trabajo que refleje las opiniones de todos los componentes.
  • El método más clásico, pero no por ello menos eficaz, es la creación de debates en clase. Para dar pie a las opiniones, podemos leer un relato en el que se plantee algún tipo de conflicto, o lanzar diversas preguntas al aire. Con esta práctica, además de enseñar a filosofar, se enseña el respeto al compañero, a conversar escuchando a los demás, y a llegar a decisiones conjuntas alcanzando un punto medio.Es conveniente responsabilizar a los estudiantes del buen funcionamiento del debate, mediante papeles rotatorios como un secretario que vaya escribiendo todas las ideas surgidas que se leerán al final a modo de conclusión, o una persona que vaya anotando los turnos de palabra para facilitar que todos escuchen a todos.

¿Te parece interesante esta forma de entender la filosofía en las aulas? ¿Cómo la aplicas tú?

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