“Por una pedagogía de la pregunta” en Puerto Rico

Autor: Lissette Rolón Collazo
Fuente: 80 grados
Fecha de publicación: 29-11-13


A Ana Arlensiú por enseñarme tanto…

Universidad Sin Paredes
…la educación revolucionaria, para desempeñar su cometido, no puede sufrir adecuaciones puramente metodológicas o tan solo renovar materiales didácticos, de enseñanza –usando, por ejemplo más proyectores que pizarrones–. La transición exige que la educación se revolucione, se reinvente, en lugar de simplemente reformarse.
-Paulo Freire

Desde que tengo uso de razón he estado vinculada a alguna institución educativa tradicional. Hice toda mi escolaridad en escuelas públicas del pueblo de Bayamón. Luego mi carrera universitaria también fue en universidades públicas (UPR y The University of Iowa) –y una privada (New York University)– que tenían una larga historia en su haber. Eventualmente, y luego de un periplo de dos años en Syracuse University, vine a enseñar a la UPR. En otras palabras, no he tenido experiencias educativas en formatos y propuestas alternas.

Sin embargo, la vida se ha encargado de enseñarme otros modos. Al conocer a Ana Arlensiú –la hija de mi querida Anayra– entré en contacto con lo que puede conseguir una educación diferente. Primero en la casa, con una madre resistente a todo el tinglado institucional y, luego, en varias escuelas Montesorri, Ana se ha convertido en una joven excepcional. No solo se trata de una inteligencia superior, de esas que se miden en las pruebas psicométricas estandarizadas. Es más bien un asunto integral. Ana lee y escribe vorazmente. Hace proyectos de investigación que yo hice en mi educación graduada y crea febrilmente. Tuve el privilegio de editar y publicar un libro que escribió a los ocho años y cada vez que comparto con ella no salgo de mi asombro, no dejo de aprender.

Un tiempo después, cuando fui profesora visitante en Duke University, conocí al Colectivo Situaciones y a la Universidad Trasumante de Argentina y tuve otra revelación. La universidad estaba en todas partes o, por lo menos, la mayoría de los procesos de formación ciudadana que asociamos con esa institución. La universidad estaba en las calles, en los caminos, en los barrios, en lo desconocido. La universidad no tenía que tener paredes, ni salones, ni filas, ni tantas cosas que hemos heredado de la fábrica y de la cárcel, como bien ha explorado Foucault.

En sintonía con tales experiencias y en el contexto de la huelga de 2010 de la UPR, fui parte y conocí otros dos esfuerzos de universidad, que si bien nacieron en esta (bajo ocupación estudiantil), la desbordaron y la superaron. Me refiero a las iniciativas Cátedras en la calle del RUM yUniversidad sin paredes de Río Piedras. Quienes fuimos parte de esos esfuerzos, no hemos sido las mismas desde entonces. Esas experiencias fueron inspiradoras y nos iluminaron lo obvio: el estudio, la crítica y la creación ocurren allí donde haya voluntad de conocer, de crecer y de cambiar. El dónde y el cuándo pasan a un segundo plano. Las estructuras y los currículos poco importan cuando la persona que aprende es quien desea y diseña su propia ruta hacia el conocimiento (hacia la pregunta).

Lo que tienen en común todos esos proyectos es que son experimentos “fuera del tiesto”, fuera de los mismos esquemas y paradigmas adquiridos. Su vínculo con la escuela y la universidad heredada es innegable, pero también su distancia. Las iniciativas de educación alternativa están ganando visibilidad y auge. En Puerto Rico se reúnen y comparten prácticas periódicamente. En este archipiélago empiezan a hacer la diferencia. Para muestra, basten solo unos botones: Espacio a, Nueva Escuela, Nuestra Escuela, y hay más… ¿Cuánto podemos aprender de esas iniciativas que se han salido del tiesto educativo convencional? Mucho.

Escribo esta entrada y han ocurrido dos eventos dignos de mención: el Secretario de Educación ha llevado a consulta entre la comunidad escolar el Plan Decenal del que hablé hace unos meses y fue electo presidente de la UPR el Dr. Uroyoán Walker Ramos, candidato que había estado bastante al margen y que, a todas luces, no sonaba en el debate público con posibilidades. Los nombres más sonados, por unas y por otras, no fueron designados. Considero prematuro pasar juicio sobre estos hechos. Pero me parece que obedecen a lógicas distintas. Ojalá y así sea. Ojalá y el Departamento de Educación democratice la toma de decisiones cruciales para un sistema educativo postrado. Ojalá y el nombramiento del Dr. Walker Ramos nos catalice otra universidad. Ojalá y unas y otras se hagan eco de las palabras de Freire y entiendan que el futuro de la educación convencional se encuentra en su revolución. Ojalá y todas nos apuntemos, desde nuestra esfera de acción, a ser parte de ese cambio urgente.

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