Educadores populares en Villa Fiorito trabajan para incluir
Fuente: Inforegion
Fecha de publicación: 1-10-13
“Educar es emancipar” cita la frase de Paulo Freire, y es exactamente lo que hacen en el Bachillerato Popular “Tierra y Libertad” de Villa Fiorito. Se formó en el 2007 y es un proyecto independiente y autogestionado, que brinda una alternativa a muchos vecinos del barrio y zonas aledañas, para poder "reinsertarse en el sistema educativo" y terminar sus estudios.
“Notamos en el barrio que había una falta de instituciones del Estado en general, y en particular, lo que es educación secundaria para adultos; en el 2007 decidimos llevar adelante esta propuesta como una forma de contribuir en la educación de todas esas personas que son expulsadas del sistema educativo”, comentó Paula Martín, docente y Coordinadora del lugar, en diálogo con Info Región.
El Bachillerato -que se encuentra en el Centro Social y comunitario Casita de colores, ubicado en Darwin entre Blancaroja y 26 de julio, barrio 3 de Enero, Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora- no cuenta con financiamiento gubernamental ni de organismos privados.
Si bien el Estado actualmente reconoce legalmente la validez de los títulos que proporciona, aún no ha avanzado en la financiación integral de los mismos, es por ello que lo construido y realizado ha sido aportado voluntariamente por docentes, estudiantes y colaboradores en “un trabajo conjunto y colectivo”.
“La escuela no es una isla, está rodeada e involucrada en las problemáticas que pueda presentar el barrio, ya que los estudiantes para nosotros no son ‘sujetos pasivos’ que vienen aprenden y se van, sino que tienen un rol más participativo donde ellos también son responsables de todo lo que acá estamos generando. Los estudiantes se hacen cargo de mantener el espacio, a tal punto que muchos participaron en la construcción de la escuela y de las aulas. Sin dudas es un trabajo colectivo junto con los docentes”, analizó una de las fundadoras del bachillerato.
El equipo de trabajo está conformado por unos 20 docentes y estudiantes de formación universitaria y terciaria con experiencia en el campo de la educación en sus distintos niveles que prestan sus servicios Ad-honorem. El sistema que emplean es el de un secundario acelerado, se realiza en 3 años y los destinatarios de este proyecto son varones y mujeres que tengan nivel primario completo. Los horarios son por la tarde de 12.30 a 17.30 y de 18 a 21.
El plan de estudio que se adoptó esta orientado en Ciencias Sociales y Humanidades. Los contenidos ponen el acento en las problemáticas sociales actuales, que buscan “brindar una formación y capacitación conforme a las necesidades diarias y de los nuevos procesos de organización social”.
En el lugar, además de brindar “educación popular”, impulsan otras iniciativas para el desarrollo de la comunidad entre las que se destacan una orquesta, una murga, un grupo de género y otro de salud.
“El motor diario que me impulsa diariamente es sentir que el cambio empieza por uno, porque si esperamos que los demás hagan algo, las cosas no salen. Somos nosotros quienes tenemos que hacernos cargo y luchar por la educación que queremos y por estar cada día más cerca del mundo que añoramos”, concluyó
Fecha de publicación: 1-10-13
Un grupo de docentes y estudiantes llevan adelante en el barrio de Villa Fiorito, el Bachillerato Popular “Tierra y Libertad” para aquellos que fueron dejados de lado por el sistema educativo. La iniciativa es totalmente independiente y se mantiene gracias al compromiso de los profesores, alumnos y vecinos.
“Educar es emancipar” cita la frase de Paulo Freire, y es exactamente lo que hacen en el Bachillerato Popular “Tierra y Libertad” de Villa Fiorito. Se formó en el 2007 y es un proyecto independiente y autogestionado, que brinda una alternativa a muchos vecinos del barrio y zonas aledañas, para poder "reinsertarse en el sistema educativo" y terminar sus estudios.
“Notamos en el barrio que había una falta de instituciones del Estado en general, y en particular, lo que es educación secundaria para adultos; en el 2007 decidimos llevar adelante esta propuesta como una forma de contribuir en la educación de todas esas personas que son expulsadas del sistema educativo”, comentó Paula Martín, docente y Coordinadora del lugar, en diálogo con Info Región.
El Bachillerato -que se encuentra en el Centro Social y comunitario Casita de colores, ubicado en Darwin entre Blancaroja y 26 de julio, barrio 3 de Enero, Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora- no cuenta con financiamiento gubernamental ni de organismos privados.
Si bien el Estado actualmente reconoce legalmente la validez de los títulos que proporciona, aún no ha avanzado en la financiación integral de los mismos, es por ello que lo construido y realizado ha sido aportado voluntariamente por docentes, estudiantes y colaboradores en “un trabajo conjunto y colectivo”.
“La escuela no es una isla, está rodeada e involucrada en las problemáticas que pueda presentar el barrio, ya que los estudiantes para nosotros no son ‘sujetos pasivos’ que vienen aprenden y se van, sino que tienen un rol más participativo donde ellos también son responsables de todo lo que acá estamos generando. Los estudiantes se hacen cargo de mantener el espacio, a tal punto que muchos participaron en la construcción de la escuela y de las aulas. Sin dudas es un trabajo colectivo junto con los docentes”, analizó una de las fundadoras del bachillerato.
El equipo de trabajo está conformado por unos 20 docentes y estudiantes de formación universitaria y terciaria con experiencia en el campo de la educación en sus distintos niveles que prestan sus servicios Ad-honorem. El sistema que emplean es el de un secundario acelerado, se realiza en 3 años y los destinatarios de este proyecto son varones y mujeres que tengan nivel primario completo. Los horarios son por la tarde de 12.30 a 17.30 y de 18 a 21.
El plan de estudio que se adoptó esta orientado en Ciencias Sociales y Humanidades. Los contenidos ponen el acento en las problemáticas sociales actuales, que buscan “brindar una formación y capacitación conforme a las necesidades diarias y de los nuevos procesos de organización social”.
En el lugar, además de brindar “educación popular”, impulsan otras iniciativas para el desarrollo de la comunidad entre las que se destacan una orquesta, una murga, un grupo de género y otro de salud.
“El motor diario que me impulsa diariamente es sentir que el cambio empieza por uno, porque si esperamos que los demás hagan algo, las cosas no salen. Somos nosotros quienes tenemos que hacernos cargo y luchar por la educación que queremos y por estar cada día más cerca del mundo que añoramos”, concluyó
